Mesa de Redacción.- El presidente Andrés Manuel López Obrador sentenció que la marcha convocada para el 26 de febrero será una manifestación no de ciudadanos, si no del PRI, PAN y PRD, y algunos potentados corruptos.
En el marco de la conferencia de prensa de este martes, López Obrador opinó que la marcha , denominada “El INE no se toca”, o “Mi voto no se toca”, es un pretexto o una excusa, ya que lo que quieren es “unirse, se está agrupando todo el bloque conservador”, además de que busca defender privilegios.
Luego que no se pudo llevar a cabo la reforma constitucional electoral, se propuso una ley “que no toca el fondo que era lo que buscábamos, que ya no se destinaran 25 mil millones de pesos para organizar elecciones, que se redujera el presupuesto” y que se utilizara en desarrollo del país.
No obstante, “los de la élite”, la llamada clase política, intelectuales orgánicos y algunos medios de información, “se agrupan e impiden que se reforme la constitución, porque para ello -hay que seguirlo diciendo- no sólo es la mayoría simple, sino que se necesitan las dos terceras partes de los votos”.
Con ello, “bloquearon la reforma constitucional en materia electoral” que planteaba reducir presupuesto, que ya no se le diera tanto dinero a los partidos, reducción de plurinominales y que el INE se hiciera cargo de todas las elecciones en el país, para no duplicar.
El ejecutivo Federal también, dijo, se busca con la reforma en materia electoral que ya “no haya fraudes electorales, como se padeció “con daños gravísimos, imagínense si no hubiera habido el fraude de 2006, que imponen a (Felipe) Calderón y lo primero que hace es declarar la guerra al narcotráfico, pegarle un garrotazo a lo tonto al avispero, porque no había un diagnóstico, un plan, nada, fue una decisión improvisada, una ocurrencia porque pensó que con eso iba a ganar legitimidad y que además iba a quedar bien con el gobierno de Estados Unidos.
Y miren el resultado de lo que costó ese fraude, ahora están juzgando en EU al secretario de seguridad pública del gobierno federal. Entonces, cuestan mucho los fraudes electorales, por eso es importante la democracia”.
A la vez, el presidente se refirió al pronunciamiento de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), por medio del cual obispos del país se dijeron preocupados por el contenido y el proceso legislativo del llamado plan B de reforma en materia electoral.
Consultado al respecto, señaló que “nosotros vemos con mucha simpatía al Papa Francisco, en la Iglesia católica nuestro referente es el Papa Francisco (…) pero cuando se habla de la iglesia que está apoyando a un bloque conservador en México, yo digo ‘no, esto no tiene que ver con el Papa Francisco’, porque él ha condenado a los saqueadores, él ha condenado a los que explotan a los que humillan a los pobres. Tenía muchísimo tiempo que no había un Papa tan cristiano, tan defensor del pensamiento y de la obra de Jesús”.
Tras aseverar que esa es la iglesia que representa el Papa Francisco, reconoció que “sí me preocuparía mucho si el Papa Francisco se pronunciara sobre este tema, pero si es aquí, hay que entender cómo las élites de todas las corporaciones siempre se unen, se alimentan, se nutren mutuamente”.
Aunque apuntó que se debe diferenciar de dichas élites, y del pueblo católico, evangélico o laico y recalcó que “en nuestro movimiento” hay desde católicos, evangélicos y de todas las religiones, así como libres pensadores.