· El Ejército tiene ahora la orden de bombardear nubes con el propósito de provocar lluvias en la cuenca del río Cutzamala
Una vez más, el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, encarga al Ejército tareas que no son de su responsabilidad. Ahora, la orden es: bombardear nubes con Yoduro de Plata, con el propósito de provocar lluvias en la cuenca del río Cutzamala, entre los límites de Guerrero y estado de México, frente a la escasez del vital líquido para abastecer a varios municipios de la entidad mexiquense y de la ciudad de México.
Así, para que esta operación sea exitosa, el primer requisito es la existencia en la atmósfera de nubes cargadas con agua y que la aplicación se realice puntualmente. Es decir, que no haya vientos fuertes en la zona objetivo, que pudieran desplazar las nubes y descargar su potencial hídrico fuera de donde se presenta la necesidad de las benditas lluvias.
En el estado de Sinaloa, la experiencia de estimulación de lluvias con Yoduro de Plata viene de muchos años atrás, de cuando era presidente José López Portillo y el titular de Agricultura y Recursos Hidráulicos Francisco Merino Rábago, coincidentes ambos con el inicio de la construcción del Sistema Cutzamala.
En esos tiempos, el gobierno federal contaba con los estudios técnicos y científicos para todo lo concerniente al aprovechamiento de agua en sus diferentes usos: urbanos, agrícolas, construcción de infraestructura y aprovechamiento del potencial de agua del subsuelo.
Dentro de la Secretaría de Agricultura, operaba la Comisión del Plan Nacional Hidráulico, donde el principal responsable de este organismo, fue el doctor en Sistemas Hidráulicos, Fernando González Villarreal.
En varias zonas del estado de Sinaloa y sur de Sonora, surtió buenos resultados la estimulación de lluvias, pero con la condición de la presencia de nubes cargadas con agua, con el clásico color negro y descargas eléctricas por el roce y choque de masas nubosas.
Y algo muy importante: que la práctica de estimulación se realizaba a partir del mes de mayo y se intensificaban en junio y julio de cada año. En los siguientes meses, ya no era necesario, por la presencia de tormentas tropicales y huracanes en toda la zona del Pacífico.
Hay que señalar que, en el mes de marzo y abril, no es recomendable estimular las lluvias por el método de bombardeo de nubes, por la sencilla razón de que no hay presencia de fenómenos meteorológicos.
En la actualidad, es muy loable la disposición del Ejército en labores de estimulación de lluvias, en la construcción de grandes obras, como el Tren Maya, la refinería de “Dos Bocas” y el aeropuerto “Felipe Ángeles”.
También para evitar “sabotaje” en el Metro de la Ciudad de México, pero hay que reconocer que ninguna de estas actividades, es de su responsabilidad y especialidad. A todo lo que les encomienda el gobierno, los soldados dicen que sí, aunque las obras no sean las mejores.